La Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomiendan la ingesta de agua en bebés menores de 6 meses. ¿¡Cómo puede ser que algo tan inocuo y natural como el agua podría ser perjudicial!?
El agua en recién nacidos
No hay nada como la leche materna. Es el alimento perfecto para la nutrición y desarrollo de tu bebé. Es por esto que hasta los 6 meses debes alimentarlo solo a través de la lactancia, ya sea leche materna o de fórmula.
Un recién nacido se alimenta a menudo ya que necesita mucha energía para crecer y desarrollarse. La leche materna tiene todo lo que necesitan y lo mejor es que esta va cambiando y modificándose de acuerdo a las necesidades de cada etapa del bebé.
Darle a un bebé menor de 6 meses agua no es solo innecesario, sino también puede ser riesgoso para su salud. Lo anterior debido a que la misma leche materna contiene agua en su composición (80%), por lo que lo hidrata lo suficiente. Además, el agua por más natural que sea, no contiene los nutrientes que un recién nacido necesita. Si le das agua estarías llenándolo con un alimento que no suma mucho para su desarrollo, y quitando espacio para su alimento realmente beneficioso: la leche.
Si crees que tu bebé tiene sed o se encuentra en un ambiente con altas temperaturas y temes que se pueda deshidratar, no te estreses demasiado: seguramente se alimentará más seguido, y la misma leche le estará dando el agua que necesita.
Después de los 6 meses
A los 6 meses de edad la dieta alimenticia del bebé cambia: puedes incluir alimentos complementarios a la leche materna, sin abandonarla por completo aún. Es en este momento que se permite ofrecerles agua.
Esto también tiene que ver que a estas alturas el cuerpo del bebé está compuesto por menos agua que en sus primeros meses.
Esto no significa que están obligados a cierta cantidad diaria, pero no será perjudicial para su salud si beben agua en cantidades moderadas. Se recomienda no superar los 700ml al día.
Recuerda que como aún se alimenta con leche materna, seguirá recibiendo agua.
Al cumplir 1 año ya debe ingerir agua de manera más constante: se recomienda 1,1 litros de agua diaria.